El gerente de una tienda acusa falsamente a un cliente de robar, sin saber que se trata de un agente de policía
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Se suponía que era una parada rápida: llenar el depósito, tomar algo y volver a la carretera. Pero cuando entré en la tienda, me di cuenta de que el encargado me miraba con desconfianza, susurrando en voz baja.
Momentos después, se enfrentó a mí, acusándome de robar sin ninguna prueba. Me quedé de piedra. Le expliqué que era un cliente de pago, pero no importaba: ya había llamado a la policía.
Lo que él no sabía es que yo soy la policía.
Enfrentarse a Manuel
No podía creer lo que Manuel estaba diciendo. Di un paso atrás, sacudí la cabeza y le dije: 'Tío, estás cometiendo un gran error'.
Tenía los ojos fijos en mí, llenos de acusaciones. Mantuve la calma, sabiendo que la ira no serviría de nada.
La gente empezó a mirar hacia nosotros, probablemente preguntándose a qué venía tanto alboroto. Miré a la cajera, Jenny.
Parecía tan sorprendida como yo. Mientras tanto, Manuel seguía lanzando acusaciones infundadas.
Mostrar mi DNI
Los ojos de Manuel se entrecerraron, con la sospecha pegada a cada movimiento que hacía. Pensé que ver mi carné de identidad arreglaría las cosas.
Metí lentamente la mano en el bolsillo trasero y saqué la cartera. Toma", dije con calma, mostrándole el carné. No he venido a causar problemas".
Sus ojos miraron la tarjeta y luego volvieron a mí, menos convencido que nunca. No importaba que mi carné dijera que era legal; él ya había tomado una decisión.
La reacción de Jenny
Junto al mostrador, Jenny miraba, con las manos visiblemente temblorosas. Parecía joven e insegura. Toda esta escena se estaba convirtiendo en algo que nadie esperaba.
¿Estás bien? le pregunté, tratando de romper la tensión, pero ella se limitó a asentir nerviosa.
Me di cuenta de que se sentía atrapada en el medio, probablemente sin saber qué hacer a continuación.
Manuel parecía dominar el lugar, su energía alimentaba a todos a su alrededor, especialmente a la pobre Jenny.
Llamada de seguridad
Manuel gritó: "¡Jenny, llama a seguridad!". Su voz resonó con fuerza en la tienda. La orden flotaba en el aire, empeorando la situación.
Pude ver cómo Jenny dudaba y sus ojos se desviaban entre Manuel y yo. Tengo que registrarte los bolsillos y la mochila"
, insistió Manuel, dejando claro que no se echaría atrás. Estaba decidido a demostrar mi culpabilidad, aunque no tenía pruebas a las que aferrarse.