El gerente de una tienda acusa falsamente a un cliente de robar, sin saber que se trata de un agente de policía

El artículo comienza debajo de la imagen

1745310311_6c24261e09de1df27d302c41a333000c15789aad.png

Se suponía que era una parada rápida: llenar el depósito, tomar algo y volver a la carretera. Pero cuando entré en la tienda, me di cuenta de que el encargado me miraba con desconfianza, susurrando en voz baja.

Momentos después, se enfrentó a mí, acusándome de robar sin ninguna prueba. Me quedé de piedra. Le expliqué que era un cliente de pago, pero no importaba: ya había llamado a la policía.

Lo que él no sabía es que yo soy la policía.

Enfrentarse a Manuel

undefined

No podía creer lo que Manuel estaba diciendo. Di un paso atrás, sacudí la cabeza y le dije: 'Tío, estás cometiendo un gran error'.

Tenía los ojos fijos en mí, llenos de acusaciones. Mantuve la calma, sabiendo que la ira no serviría de nada.

La gente empezó a mirar hacia nosotros, probablemente preguntándose a qué venía tanto alboroto. Miré a la cajera, Jenny.

Parecía tan sorprendida como yo. Mientras tanto, Manuel seguía lanzando acusaciones infundadas.

Mostrar mi DNI

undefined

Los ojos de Manuel se entrecerraron, con la sospecha pegada a cada movimiento que hacía. Pensé que ver mi carné de identidad arreglaría las cosas.

Metí lentamente la mano en el bolsillo trasero y saqué la cartera. Toma", dije con calma, mostrándole el carné. No he venido a causar problemas".

Sus ojos miraron la tarjeta y luego volvieron a mí, menos convencido que nunca. No importaba que mi carné dijera que era legal; él ya había tomado una decisión.

La reacción de Jenny

undefined

Junto al mostrador, Jenny miraba, con las manos visiblemente temblorosas. Parecía joven e insegura. Toda esta escena se estaba convirtiendo en algo que nadie esperaba.

¿Estás bien? le pregunté, tratando de romper la tensión, pero ella se limitó a asentir nerviosa.

Me di cuenta de que se sentía atrapada en el medio, probablemente sin saber qué hacer a continuación.

Manuel parecía dominar el lugar, su energía alimentaba a todos a su alrededor, especialmente a la pobre Jenny.

Llamada de seguridad

undefined

Manuel gritó: "¡Jenny, llama a seguridad!". Su voz resonó con fuerza en la tienda. La orden flotaba en el aire, empeorando la situación.

Pude ver cómo Jenny dudaba y sus ojos se desviaban entre Manuel y yo. Tengo que registrarte los bolsillos y la mochila"

, insistió Manuel, dejando claro que no se echaría atrás. Estaba decidido a demostrar mi culpabilidad, aunque no tenía pruebas a las que aferrarse.